En Batangafo, en el norte de la República Centroafricana, tres campos para personas internamente desplazadas, numerosas casas y un mercado resultaron incendiados debido a los violentos enfrentamientos entre grupos armados. Más de 10.000 personas buscaron refugio en el recinto del hospital apoyado por MSF, mientras que cientos más huyeron al monte.
En Bambari, en el centro del país, nuestros equipos en el terreno atendieron a 12 personas que resultaron heridas luego de otra serie de enfrentamientos violentos; mientras que en Batangafo, recibimos a 20 pacientes, incluyendo a diez que requirieron cirugía de emergencia. Entre estas víctimas, dos murieron como consecuencia de quemaduras graves.
Para satisfacer las necesidades iniciales de estas poblaciones desplazadas y luchar contra las enfermedades relacionadas con las precarias condiciones de vida, como la diarrea y las infecciones respiratorias, hemos establecido instalaciones sanitarias adicionales, como letrinas y duchas, en el hospital de Batangafo. Un equipo médico continúa trabajando para brindar atención a quienes la necesitan.
«La situación en Batangafo y en Bambari sigue siendo muy tensa. La protección de la población y la misión médica siguen siendo nuestras principales preocupaciones», comentó Omar Ahmed Abenza, jefe de misión de MSF en República Centroafricana.
«Logramos tratar a los heridos que llegaron, pero las tensiones en estas dos ciudades son todavía muy evidentes. Pedimos la cooperación continua de todas las partes en el conflicto para brindar asistencia a todos los que la necesitan», agregó.
«La situación humanitaria en la República Centroafricana sigue siendo preocupante y es probable que este último estallido de violencia amenace aún más a las comunidades desplazadas que ya viven en condiciones extremadamente precarias, y que hoy carecen de alimentos, refugio y otras necesidades básicas», concluyó Abenza.