En Febrero de 2019, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) se trasladó a Piedras Negras, Coahuila, al norte de México, tras la llegada de una caravana de 1.700 migrantes. Durante esta intervención, las autoridades mexicanas mantuvieron detenida a la población que se encontraba en un albergue improvisado y la trasladó a otras ciudades inseguras de la frontera.
En esta fotografía una mujer migrante que intentaba cruzar la frontera entre Nuevo Laredo, México y Laredo, Texas, es interceptada por Agentes de la Patrulla Fronteriza de EE. UU.
Médicos Sin Fronteras (MSF) asistimos a migrantes, solicitantes de asilo y deportados mexicanos en dos albergues de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, en Tamaulipas.
56% de los migrantes y refugiados que hemos atendido en Nuevo Laredo sufrieron un evento de violencia en tránsito en espera a cruzar a EE. UU.
La mayoría de las personas en albergues, en espera de cruzar a EE. UU., no salen a las calles debido al riesgo de secuestro inminente.
En la frontera sur, la violencia contra los migrantes y refugiados está a la orden del día.
Nuestros equipos han visto un incremento general del flujo migratorio. Empezamos a ver cada vez más mujeres, más niños, padres de familia viajando con sus hijos.
Familias enteras huyen de la violencia en países como Honduras, El Salvador y Guatemala.