Desde hace siglos, Níger –en especial la región de Agadez– se encuentra en una de las rutas migratorias de África. En los últimos años, a las personas que se dirigen al norte, se han unido miles de personas desplazándose hacia el sur, ya sea expulsadas de Argelia o volviendo desde Libia.
Lejos de detener el flujo de personas, la reciente criminalización de la migración por parte de los gobiernos europeos y no europeos ha aumentado significativamente la vulnerabilidad de las personas en movimiento, ya sean migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, comerciantes o trabajadores temporales. Forzadas a evitar las rutas habituales, estas personas están tomando rutas cada vez más peligrosas, a través del desierto de Ténéré y las montañas de Aïr, lo que las pone en riesgo de explotación y violencia.
En Médicos Sin Fronteras brindamos asistencia médica y humanitaria en la región de Agadez desde agosto de 2018. Nuestra coordinadora del proyecto, Aiva M. Noelsaint, explica las necesidades humanitarias a las que se enfrenta esta población, nuestro trabajo y los planes futuros.
¿Por qué trabaja MSF en Agadez?
MSF decidimos empezar a trabajar en la región de Agadez el año pasado para ayudar a aliviar el sufrimiento de las personas en movimiento y de las comunidades locales más vulnerables. Tanto las personas que intentan salir como las que han regresado recientemente, ya sea de forma voluntaria o forzada, a menudo están sujetas a múltiples privaciones o violencia. Al mismo tiempo, las estructuras de salud existentes están sobrecargadas y necesitan apoyo adicional. Por eso trabajamos en Agadez desde agosto de 2018, haciendo todo lo posible para ayudar a la población local y a los migrantes mediante la distribución de artículos de primera necesidad y asistencia médica, conjuntamente con el Ministerio de Salud de Níger, en áreas con una alta concentración de personas en movimiento.
¿Qué asistencia da MSF a las personas en movimiento y a las comunidades locales?
Las personas expulsadas desde Argelia llegan a Níger en convoyes oficiales o son abandonadas cerca de la localidad fronteriza de Assamaka, desde donde deben caminar unos 15 km hasta el centro de la aldea. Por lo general, están agotados y no tienen nada más que la ropa que llevan puesta. Les damos barritas energéticas, agua y artículos de primera necesidad como kits de higiene y mantas. Hacemos una revisión rápida para ver si alguien requiere atención médica inmediata, y remitimos los casos urgentes a las estructuras de salud. También ofrecemos apoyo en salud mental a todos, y hemos construido duchas y letrinas en el área.
En otros lugares, en puntos clave de las rutas de migración en la región de Agadez, ayudamos a mejorar el acceso a servicios médicos gratuitos y de calidad, tanto para la población migrante como para las comunidades locales. Esto incluye atención primaria, salud materna y apoyo psicosocial en las estructuras existentes en Arlit, Tabelot, Séguédine y Aney, y mediante clínicas móviles en lugares de tránsito como Dirkou, Fasso, Amzigan, Lataye, Guidan Daka, Kori Kantana y La Dune. En Dirkou, nuestros equipos trabajan en guetos y casas cerradas [donde se ofrecen trabajos sexuales]. También derivamos al hospital a las personas que necesitan de forma urgente atención médica y quirúrgica especializada por traumas accidentales o relacionados con la violencia.
En la región de Agadez, las inundaciones y los brotes de enfermedades como el sarampión son frecuentes, así que seguimos la situación epidemiológica y estamos listos para intervenir si es necesario, con campañas de vacunación y distribuciones de kits de primera necesidad para las personas afectadas por epidemias o desastres naturales. En agosto de 2018, después de unas fuertes inundaciones, distribuimos artículos de primera necesidad en Iferouane, Assamaka y Dabaga, y el pasado mes de abril llevamos a cabo una campaña de vacunación contra el sarampión en Arlit.
También exploramos la posibilidad de lanzar operaciones de búsqueda y rescate a lo largo de las rutas de migración a través del desierto, para ayudar a quienes se quedan varados por varias razones, porque su vehículo se ha averiado o porque han sido abandonados por traficantes de personas, y están en riesgo de muerte. Trabajamos en esto en colaboración con la comunidad y otros actores.
Por otro lado, estamos evaluando la situación en Tagharaba (también conocida como Tchibarakaten), un sitio minero entre Argelia y Níger, a unos 500 kms de Arlit, para conocer las necesidades médicas de los migrantes y otros grupos vulnerables, como los menores, que trabajan allí.
¿Quiénes son las personas a las que atiende MSF?
Las personas en movimiento no son un grupo homogéneo: cada una tiene diferentes circunstancias y objetivos. En cuanto a la nacionalidad, la mayoría proviene de Níger y otros países africanos como Mali, Costa de Marfil y Guinea Conakry, pero también hay sirios, yemeníes, iraquíes, bangladesíes (en su mayoría expulsados desde Argelia o que han abandonado Libia) y personas de otros lugares. Todos ellos tienen acceso a nuestros servicios. Sus motivos también varían: algunos huyen de la guerra, la inseguridad o la persecución en sus países de origen o residencia; algunos están en movimiento por razones económicas, incluyendo la pobreza y el comercio estacional. A menudo estas motivaciones se entrelazan.
Lo que todos tienen en común es el riesgo de abuso, explotación y violencia al que se enfrentan durante el viaje. Una preocupante proporción de la gente que atendemos dice haber pasado por situaciones indescriptibles antes de llegar a Níger.
Algunos están en Agadez voluntariamente, de camino a otro país, por ejemplo, regresando a su país de origen desde Libia. Otros están aquí buscando trabajo, como el que podrían encontrar en las minas. Otros, como los expulsados desde Argelia, han llegado por la fuerza a Níger y con frecuencia sufren fatiga extrema, dolor e infecciones. Nuestros equipos de salud mental han tratado a personas con ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático como resultado de una detención arbitraria y un tratamiento inhumano, incluida tortura y violación.
El destino final de las personas en movimiento varía, desde Argelia a Marruecos y más allá, incluida Europa. Estamos viendo principalmente a hombres entre los que entran a Níger de una forma u otra, pero también hay niños, acompañados o no de sus padres, y mujeres.
Las mujeres, ya sean migrantes, refugiadas, solicitantes de asilo o residentes en Níger, pueden ser especialmente vulnerables, especialmente si están embarazadas. En abril, una mujer nigerina llegó a uno de los puestos de salud que apoyamos sangrando profusamente. Su vida estaba en peligro. Nuestro equipo organizó de inmediato una ambulancia para llevarla al hospital. Terminó dando a luz en medio del desierto, en el vehículo de MSF, con la ayuda de nuestros médicos. Tanto la mujer como su bebé sobrevivieron y recibieron la atención que necesitaban.
¿Cuáles son las principales necesidades humanitarias de esta población?
Imagina que te abandonan en medio de la nada sin comida ni agua. No entiendes el idioma local y nunca has estado en Níger, ni en ninguna zona de desierto. Imagine que, antes de que te dejen en la frontera, has estado en un centro de detención sin información. Imagina que has visto morir a tus familiares, amigos o compañeros de viaje, como la persona que nos dijo que 25 de sus 30 compañeros de viaje murieron después de que el camión que los transportaba se averiara y nadie les pudiera ayudar a tiempo. Este tipo de experiencia puede dejar a las personas marcadas de por vida, sin importar cuán resistentes sean.
Además, las personas que se desplazan pueden pasar días sin alimentos ni agua, sin acceso a un baño, una ducha o servicios médicos. La falta de dinero también puede ser problema, tanto a corto como a medio plazo, y las opciones para ganarse la vida en la región son limitadas. Las necesidades de protección e información de estas personas siguen sin estar cubiertas. Así como su necesidad de refugio o de ganarse la vida.
MSF continuaremos brindando asistencia médica y humanitaria a las personas más vulnerables en la región de Agadez, conjuntamente con el Ministerio de Salud. Se necesita con urgencia movilizar a más organizaciones para cubrir necesidades críticas, asegurar que haya sistemas de referencia adecuados y evitar más muertes evitables. La migración no es un delito, y no debe ser castigada por negligencia o por la implementación de políticas que incrementan la vulnerabilidad de estas personas.
Desde el comienzo del proyecto, nuestros equipos en Agadez (Níger) han distribuido artículos de primera necesidad a 4.758 personas expulsadas desde Argelia y han realizado más de 24.200 consultas médicas, 737 consultas de salud mental y 903 actividades de grupos psicosociales. También han brindado atención prenatal a 1.681 mujeres y han asistido 253 partos.
Entre enero de 2018 y febrero de 2019, nuestros equipos en Niamey, otro punto de la ruta migratoria a través de Níger, realizaron más de 5.000 consultas médicas a personas en movimiento.