El Ocean Viking, el buque que operamos junto a SOS Mediterranée, ha rescatado la mañana del 11 de agosto a 81 personas de una barca de goma no apta para la navegación. El rescate, el tercero en tres días de operaciones, se produjo en aguas internacionales frente a las costas de Libia.
El buque de salvamento lleva ahora a 251 personas rescatadas, 74 de ellas menores. De momento, a bordo del Ocean Viking continuaremos patrullando las aguas del Mediterráneo central, ya que podría haber otras embarcaciones en peligro.
Respecto al desembarco seguro de esta personas, se han iniciado contactos con las autoridades marítimas que coordinan los rescates en esta área.
Lo que es seguro es que nunca devolveremos a estar personas a Libia.
«Conocemos los horrores de los que huyen. La situación allí es tan desesperada que estas personas contemplan lanzarse al mar como la única opción para sobrevivir. Nadie debería verse obligado a elegir entre arriesgar su vida en el mar o permanecer atrapado en un ciclo de abusos en Libia», afirma Sam Turner, nuestro coordinador general para Libia y las operaciones de rescate en el Mediterráneo central.
Prefieren morir en el mar que estar un día más en Libia.
«Al mirarles a los ojos queda claro por todo lo que han pasado estas personas. Me decían que estaban listos para morir en el mar, en lugar de pasar otro día más sufriendo en Libia», relataba tras el segundo rescate, Yuka Crickmar, nuestra responsable de Asuntos Humanitarios a bordo del Ocean Viking.
«Cada persona con la que he hablado hasta ahora ha sido encarcelada de manera arbitraria, ha sufrido extorsión, ha sido forzada a trabajar en condiciones de esclavitud o de tortura. También he visto cicatrices provocadas por fuertes golpes», añade Crickmar.
El Ocean Viking tiene capacidad limitada para atender médica y psicológicamente a estas personas a bordo de manera prolongada.
Estas personas han pasado por situaciones de violencia terribles en su camino a Europa. Es necesario un puerto seguro para desembarcarlas y no prolongar el trauma que ya cargan.
«Los gobiernos europeos deben asumir su obligación legal y moral y poner en marcha un mecanismo europeo de respuesta y desembarco seguro que incluya la reubicación en la UE de los migrantes y refugiados rescatados», apunta Raquel González, nuestra responsable de Relaciones Externas.