Ante la urgente necesidad mundial de pruebas de diagnóstico rápidas para hacer frente a la continua propagación de la pandemia de la COVID-19, Médicos Sin Fronteras (MSF) apela hoy a la corporación estadounidense de pruebas de diagnóstico Cepheid a asignar sus pruebas para la COVID-19 (Xpert Xpress SARS-COV-2) de manera equitativa y asequible en todos los países. MSF pide a Cepheid que se abstenga de sacar provecho de la pandemia y reduzca el precio de cada prueba a 5 dólares (4,3 euros) de los casi 20 dólares (17,1 euros) que cobra a los países más pobres del mundo, para garantizar un acceso mucho más amplio a la prueba. Una investigación de MSF muestra que las pruebas podrían venderse con beneficios a 5 dólares cada una.
“Mientras los países están lidiando con los casos sospechosos de COVID-19, tener una prueba diagnóstica rápida y precisa es esencial para el manejo en tiempo real de las personas afectadas con el virus, para poder hacer frente a la pandemia”, afirma el Dr. Greg Elder, coordinador Médico de Campaña de Acceso de MSF. “Se podrían salvar muchas vidas si corporaciones como Cepheid pusieran su prueba a disposición de todos los países de forma urgente y económica”.
Cepheid ha establecido el precio de cada prueba en 19,80 dólares (16,90 euros) para 145 países en desarrollo, incluidos los países más pobres del mundo donde la población vive con menos de dos dólares por día. Cepheid desarrolló el cartucho Xpert Xpress SARS-CoV-2 con 3,7 millones de dólares de fondos públicos de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA, por sus siglas en inglés) del gobierno de Estados Unidos.
Por otra parte, un estudio de MSF y otros actores sobre el coste de fabricación de la prueba de la tuberculosis (TB) de Cepheid –que utiliza un cartucho similar al de la COVID-19– demuestran que el precio de cada cartucho, incluidos los materiales, la fabricación, los gastos generales y otros gastos indirectos, es menor a 3 dólares para grandes cantidades y dado que los royalties han expirado, y por lo tanto cada prueba podría venderse con beneficios a 5 dólares. El estudio también muestra que no hay una diferencia significativa entre los cartuchos virales y bacterianos que justifique variaciones sustanciales de precios entre cartuchos para diferentes enfermedades. Por todo esto, MSF pide a Cepheid que reduzca significativamente el precio de sus cartuchos a no más de 5 dólares, incluida la prueba COVID-19.
“Es indefendible que Cepheid se beneficie de esta pandemia”, dice Sharonann Lynch, asesora de VIH/sida y TB de la Campaña de Acceso de MSF.
“No es el momento de establecer un precio solo basado en el mercado. Esta prueba de diagnóstico crucial debe ser accesible para todas las personas que la necesitan urgentemente, a 5 dólares por test para hacer frente a esta emergencia de salud global”.
En marzo de 2020, Cepheid recibió una autorización de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para su prueba de diagnóstico rápido de COVID-19, cuyos resultados tardan menos de una hora. La prueba está diseñada para su uso en las máquinas de pruebas GeneXpert de Cepheid, que ya se están utilizando en todo el mundo para el diagnóstico de TB y otras enfermedades infecciosas. Se estima que hay unas 11.000 máquinas GeneXpert en países con ingresos bajos y medios.
En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con varios de sus socios, creó el Consorcio de Diagnóstico para apoyar el acceso rápido y equitativo de pruebas de diagnóstico de COVID-19 para países de ingresos bajos y medios. El Consorcio aseguró a los principales fabricantes de pruebas de diagnóstico (Abbott, Cepheid, Roche y Thermo Fisher) compromisos de compra por un período de cuatro meses. Según el Consorcio, las cantidades comprometidas por parte de Cepheid representaban solo un tercio de su capacidad de fabricación de cartuchos COVID-19. Como resultado, menos de la mitad de los pedidos que los países han hecho a través del Consorcio se han podido cumplir. El Consorcio y las corporaciones, incluida Cepheid, se reunirán nuevamente para negociar los volúmenes de suministro y los precios para el próximo período de cuatro meses (septiembre-diciembre).
“En medio de esta devastadora pandemia, los países más ricos tienen una tremenda ventaja sobre otros en la compra de pruebas de diagnóstico de COVID-19 para usarlas primero”, explica Lynch.
“Nos preocupa seriamente que las personas en muchos países con recursos limitados se vean privadas de esta prueba de diagnóstico crucial. Cepheid debe tomar las decisiones correctas y garantizar una asignación justa y un suministro asequible de su prueba COVID-19 al Consorcio de Diagnóstico para ayudar a los países que de otro modo se quedarían atrás o fuera de los acuerdos bilaterales. A nadie se le debe negar el acceso en función de su procedencia o ingresos”.