Por Marco Sandrone, Coordinador de Terreno en Lesbos, Grecia.
“MSF condena enérgicamente los ataques violentos sufridos ayer contra su clínica pediátrica y contra las nuevas instalaciones COVID-19 del gobierno en las afueras de Moria, en la isla de Lesbos, cuando manifestantes anti-inmigración se reunieron para oponerse a la visita del presidente griego que estaba inaugurando la nueva estructura médica.
Durante las protestas, se inició un incendio fuera de la clínica de salud reproductiva, sexual y pediátrica de MSF, que tuvo que ser apagado por el personal de la organización, mientras que un pequeño grupo se reunió afuera, gritando y amenazando a nuestros equipos, y arrojando piedras a la clínica donde estábamos. En ese momento había aproximadamente 50 empleados trabajando para tratar a mujeres y niños del campo de Moria. Afortunadamente, nadie resultó herido, sin embargo, tanto nuestro personal como los pacientes estuvieron en riesgo, y nuestra atención médica se vio obstaculizada debido al caos que siguió.
¿En qué mundo vivimos, donde los niños y las mujeres embarazadas que están siendo atendidos por médicos están sujetos a que la gente les arroje piedras?
Nuestros equipos sanitarios tuvieron que ser evacuados en autobús de la escena; es absolutamente incomprensible que ataques como éste puedan ocurrir.
Desde hace algún tiempo, hemos sido testigos de un aumento de comportamientos agresivos hacia los solicitantes de asilo y los refugiados, así como hacia las organizaciones humanitarias y los voluntarios que han sido blanco y acosados repetidamente simplemente por tratar de brindar asistencia a los grupos vulnerables en Lesbos. Este incidente pone de relieve un síntoma preocupante que debe abordarse ahora.
Hacemos un llamado a las autoridades para que tomen todas las medidas necesarias contra la creciente retórica anti-migrante, la agresión y violencia que circula en Lesbos, y que tomen medidas inmediatas contra quienes han acosado y atacado a los actores humanitarios sin impunidad.”