Este estudio conjunto de Médicos Sin Fronteras (MSF) y la Universidad de Ginebra, confirma la posibilidad de que las personas que viven con diabetes en condiciones de temperatura similares puedan usar y almacenar su insulina por un periodo de hasta cuatro semanas, incluso en ausencia de acceso a la refrigeración.
La diabetes es una enfermedad crónica y progresiva que se puede controlar con un tratamiento eficaz. Sin embargo, en muchos países, las personas que viven con diabetes no reciben el tratamiento que necesitan para mantenerse sanas y vivas. Es un hecho vergonzoso que solo la mitad de las personas que necesitan insulina tengan acceso a ella. Este acceso se ha visto impedido, en gran medida, debido a los altos precios de la misma, a sus exigentes requisitos de almacenamiento y protocolos de tratamiento complejos.
Las estrictas recomendaciones para el almacenamiento de la insulina son difíciles de seguir en las regiones tropicales y son aún más desafiantes en contextos de conflictos y emergencias humanitarias, lo que supone una carga adicional para las personas que deben controlar su diabetes.
Dentro de las recomendaciones de almacenamiento para la insulina se requiere refrigerarla hasta su fecha de caducidad o hasta que se abra para su uso. Una vez en uso, las recomendaciones de almacenamiento en la etiqueta de la mayoría de las insulinas humanas se encuentran instrucciones de mantenerla por debajo de los 25 °C durante 42 días. En muchos contextos, esto hace que sea necesario pedir a las personas que viajen a la clínica de salud para recibir inyecciones y control para su enfermedad al menos dos veces al día, de por vida.
Trabajamos en más de 70 países en todo el mundo y en la mayoría de estos entornos, la insulina a menudo no está disponible en los centros de salud públicos o en las farmacias privadas. Nos hemos comprometido a proporcionar tratamiento para la diabetes en múltiples proyectos en varios países (entre los que se incluyen Jordania, Líbano, Irak, Siria, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Tanzania, Kenia, Zimbabwe y Bangladesh) y así apoyar a personas que viven con recursos limitados y en contextos de crisis humanitarias.